Basta con pasar un rato con Dani y Dario para ver que el amor sólo entiende de miradas, de momentos vividos, de risas y de sonrisas. En definitiva, el amor sólo entiende de amor, sin importarle todo lo demás. Las fotografías de esta boda gay son una buena muestra de ello.
Cuando Dani y Dario contactaron conmigo para decirme que se casaban, yo aún no había realizado ninguna boda gay como fotógrafo, así que no me lo pensé dos veces. Y ahora puedo decir que he estado en pocas bodas tan emocionantes y divertidas como esta. ¿Queréis ver cómo fue?
Los preparativos del día de la boda.
Desde el primer momento del día ya tuve claro que iba a ser una boda original y en absoluto guiada por el protocolo típico de otras bodas.
Dani y Dario decidieron vestirse juntos en la misma casa. Me pareció una idea fantástica. Y ver a la pareja cómo se preparaban juntos para su día más importante fue una oportunidad para mí como fotógrafo de bodas de captar los momentos cómplices que ellos me regalaron casi sin querer.
Nunca me olvido de captar los los complementos de los novios en mis reportajes de boda, creo que sin ellos la narración quedaría incompleta. Me pareció muy curioso el método que tuvieron de marcar los tiempos de la boda: en cada una de las partes de la boda usaron una pajarita diferente. Todas ellas muy originales.
La ceremonia de la boda.
Para celebrar su día más especial eligieron una bonita finca de bodas situada en plena naturaleza. Ubicada en Arganda del Rey, Las Lagunas de las Madres es un lugar amplio pero a su vez muy acogedor. Especialmente bonito es el rincón reservado para realizar la ceremonia de la boda, junto a un embarcadero.
Otra peculiaridad de esta boda gay fueron sus oficiantes. Dos amigos de la pareja de novios se encargaron de conducir la ceremonia consiguiendo que todos los invitados se emocionaran. Provocando risas y lágrimas en la misma medida. Por supuesto, también algunos invitados tuvieron su oportunidad de emocionar al resto de asistentes con sus discursos dirigidos de manera muy emotiva a nuestros dos protagonistas.
Una vez finalizada la ceremonia, llegaron las correspondientes felicitaciones. Cambio de pajarita y a disfrutar del cocktail de boda. No si antes recibir una lluvia de arroz mientras la pareja de recién casados ascendía por la escalinata y llevarme a los novios durante diez minutos para hacer algunas fotografías en el magnífico entorno de la finca de bodas.
Una pequeña sesión de pareja.
Una vez soltada toda la tensión y las emociones de la ceremonia, aprovechamos el pequeño espacio de tiempo entre el final de ésta y el comienzo del cocktail para realizar algunas fotos de pareja. El lugar y la caída del sol invitaban a ello… Fueron sólo diez minutos pero conseguimos unas fotografías magníficas.
Ahora sí… ¡a divertirse! El cocktail.
Nunca me gusta robaros mucho tiempo a los novios, ya que sé que es un día que debéis disfrutar con los vuestros. Esto también incluye el cocktail de la boda. Es un momento en el que entre los invitados ya empieza a notarse el ambiente festivo y todo el mundo aprovecha para hacerse algunas fotos con los protagonistas del día. Sin olvidar la comida y por supuesto la bebida.

Durante el cocktail, yo como fotógrafo de bodas naturales, prefiero no intervenir y dejar que las cosas pasen. Pero siempre procuro estar visible para los novios por si quisieran hacerse alguna foto más posada en esos momentos. Es el momento de sonreír después de los bonitos momentos vividos durante la ceremonia. Y como siempre, a mí me gusta también captar algunos detalles de la comida.
Banquete de boda al aire libre.
El banquete se celebró junto a la zona que había tenido lugar el cocktail. Fue un banquete de boda al aire libre, vestido con mantelería blanca, con adornos sencillos y naturales en las mesas e iluminado por cientos de bombillas. Los novios no aguantaron mucho sentados y decidieron ir a saludar a sus invitados mesa por mesa.
La fiesta no se hizo esperar, de hecho se adelantó. Antes siquiera de haber llegado la hora de trasladarse a la zona de discoteca, los familiares y amigos de Dani y Darío, decidieron celebrar una sobremesa muy divertida.
¡Y por fin llegó la barra libre de la boda!
Si, todo lo bueno tiene su fin y esta boda no iba a ser menos. Fue una boda llena de emociones durante la ceremonia, divertida durante el cocktail, alegre en el banquete y por último llego la barra libre… Os dejo algunas fotos del momento para despedirme hasta el próximo post.
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